Clubes de Barrios - Ausencia
de políticas públicas y aumento de tarifas de servicios públicos.
Argentina cuenta con una comunidad deportiva que según los últimos datos de distintos estudios realizados por distintas consultoras y universidades, nuclea unas 10 millones de personas que practica todo tipo de deportes de forma recreativa, amateur, federativa, semiprofesional y profesional, es decir, cerca de un 25 % por ciento de la población de nuestro país, el 80% de esa comunidad deportiva hace sus prácticas dentro de los clubes de barrio.
Decir que el país no cuenta con una política deportiva acorde a lo que
esa gran comunidad de más de 10 millones de personas se merece es una obviedad
en un país donde no se reglamentan dos de las leyes más que necesarias para esta
comunidad, como lo son la Ley Nacional de Clubes de Barrio y Pueblo y la Ley Nacional
del Deporte, donde buscan desfinanciar el Ente Nacional de Alto Rendimiento
Deportivo (ENARD), un organismo creado en 2009 que ayudó a cientos de
deportistas a convertirse en mejores atletas, mostrando sus resultados no solo
en el crecimiento de nuestros deportistas si no en los logros obtenidos por los
mismos en competencias internacionales, y donde vemos como el actual secretario
de deportes de la nación, no solo malgasta fondo de becas para deportistas en
militantes políticos y subsidios para clubes de barrio en clubes de golf o
clubes náuticos, sino que además recomienda las empresas “amigas” para que se
realicen distintas obras.
La situación es aún peor si vemos que la Secretaría de Deportes de la Nación
no tiene registro de la cantidad de infraestructura existente a nivel
deportivo, no sabe con qué infraestructura cuenta los más de 20000 clubes que
hay en nuestro país, no realiza estudios a la hora de invertir en
infraestructura deportiva, no sabe con exactitud cuántas personas practican
cada disciplina, cuáles son las edades de quienes practican estas disciplinas.
En la Secretaría de deportes todo es discrecional, sin planificación,
sin cumplir las leyes y se reparte el dinero, que corresponde al desarrollo y
fomento de los clubes de barrio, según la idea del mandamás de turno, dejando
en claro lo lejos que estamos de la política pública que nos merecemos.
Pero dentro de este desorden hay sectores que la pasan peor que otros,
el sector más perjudicado dentro del deporte nacional es el de los clubes de
barrio, ese gran tesoro que tenemos como sociedad, ese espacio de encuentro que
no solo se hizo cargo de la formación deportiva de nuestros niños y jóvenes,
sino que atesoran la cultura de nuestros barrios por más de 100 años y con el
correr de los años se han convertido en el tercer lugar de socialización de
nuestros niños y jóvenes junto al hogar y la escuela, son la cuna de todos
nuestros grandes campeones, la primer casa de leyendas como Diego Maradona, Carlos
Monzón, Emanuel Ginóbili, Lionel Messi, Paula Pareto, Luciana Aymar, por solo
citar algunos ejemplos, son las instituciones que le prestan gratuitamente sus
sedes a la escuela pública para que nuestros niños hagan gimnasia, que abren
las puertas de sus instalaciones en cada catástrofe, que son solidarias con
otras ONGs brindando todo lo que tienen para que otros hagan usos de sus
espacios, clubes donde se hicieron elecciones para elegir autoridades en plena
dictadura militar, que se opusieron a las sociedades anónimas deportivas en los
90, que se convirtieron en clubes de trueque y comedores comunitarios y hasta
albergue para los sin techo cuando el país se desintegraba en la crisis económica
de principio del corriente siglo, instituciones que albergaron en sus más de 100
años de historias a próceres de nuestra cultura como, Gardel, Goyeneche,
Leonardo Favio, Sandro, Palito Ortega, por citar a algunos artistas, que en
bailes populares convocaban multitudes demostrando el importante rol deportivo,
social y cultural que cumplen nuestros clubes en cada barrio de nuestra patria.
Hoy en día nuestros clubes no puede hacer frente al peor tarifazo en los
servicios públicos (agua, luz, gas) sufrido junto al total de las entidades de
bien público en su historia, que ya acumula casi un 1500 % desde que comenzaron
en cada servicio, pero a nuestro entender es vital entender estos factores, ya que
impactan en gran medida de forma desfavorablemente en el balance económico de
los clubes, tan importante para poder encontrar soluciones de fondo y dar las
discusiones que no nos permiten dar o que no les conviene que demos como
instituciones, para seguir en saldo positivo el balance social de los clubes,
sociedades de fomento y bibliotecas populares, como se viene dando desde el
nacimiento de cada entidad de bien público.
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