viernes, 4 de diciembre de 2020

 

MANIFIESTO DEL OBSERVATORIO DE POLÍTICAS PÚBLICAS DE LATINOAMERICA Y EL CARIBE  EN DEPORTE, EDUCACIÓN FÍSICA, ACTIVIDAD FÍSICA, JUEGOS INDÍGENAS, RECREACIÓN Y TIEMPO LIBRE


La consolidación de la democracia, la integración regional y la cooperación internacional que promueve el Foro MERCOSUR Latinoamericano del Deporte, la Educación Física y la Recreación dependen del trabajo en conjunto, colaborativo y solidario de sus integrantes y representantes.

En este sentido, el Foro MERCOSUR, en coordinación con todas aquellas instituciones, organizaciones, pueblos, comunidades, entidades públicas o privadas que la integran, se comprometen a trabajar por un objetivo común en materia de políticas públicas en el marco de su carta de principios, especialmente aquellas que refieren a:

·       reafirmar la defensa, el reconocimiento y el acceso a la educación física, el deporte y la recreación, como derecho constitucional y social imprescindible de todos los pueblos que forman parte importante del patrimonio histórico de la humanidad y del proceso dialéctico de construcción el desarrollo humano y comunitario, debiendo ser garantizado por los Estados Nacionales Soberanos;

·       identificarse con la democracia como camino para llegar a los objetivos relacionados con la construcción de políticas públicas, propuestas y plataformas que se encaminan para la integración latinoamericana, comprometidas con la construcción de una sociedad centrada en los principios de igualdad, justicia y soberanía de los pueblos.

El campo de estudios de las políticas públicas es vasto, heterogéneo y misceláneo. Aun reconociendo un objeto de estudio específico, no admite ni postula una única forma de acercarse al mismo.

Frohock (1979), describe a las políticas públicas como patrones de acción para resolver conflictos y proveen incentivos a la cooperación.

Vargas-Alzate, L. F., & Merchán, A. M. A. (2015) plantean que el enfoque de políticas públicas empezó a difundirse en América Latina tan solo en los años noventa y, a partir de principios de este siglo, los estudios de caso se pusieron de actualidad y empezaron a generar un volumen significativo de datos y publicaciones, acompañados por múltiples iniciativas académicas y el surgimiento de observatorios y grupos de investigación públicos y privados que han dado origen a diferentes concepciones epistemológicas.

En tal sentido, la concepción de las políticas públicas está determinada por un sin número de factores, entre los que se encuentran el tipo de democracia, el modelo de Estado, el papel de los actores, las condiciones del territorio junto a sus capacidades endógenas y actores, entre otras. Ello ha llevado a que se establezcan diferentes modelos y definiciones epistemológicas que cada Estado y cada subsector, de acuerdo a su identidad cultural, a su nivel de participación democrática y a su decisión política, implementa a su manera.

A nivel mundial, se ha hecho cada vez más necesaria la implementación de medidas que atiendan de forma eficiente la gran cantidad de necesidades y problemas que aquejan a la sociedad. Una de ellas, sumamente eficaz para dar solución a los problemas públicos, es la formulación de las políticas públicas. Éstas recogen, en mayor o menor medida, las necesidades de la comunidad, y su aplicación en los planes de desarrollo posibilita el desenvolvimiento de los diferentes sectores.

Las políticas públicas se desarrollan en la interacción entre actores con diferentes grados de participación, cooperación y autonomía, en escenarios y contextos diversos: institucional, gubernamental, público, territorial y/o regional. 

En concordancia a lo anterior y para efecto de este manifiesto, citando a Gutiérrez (2017) podríamos definir a una política pública la como una decisión pública que tiene incidencia en el sector del deporte [podríamos extenderla a otros campos, como la educación física y la recreación], en un territorio específico, que se construye bajo la lógica de un juego de actores, posibilitando el desarrollo de alianzas público-privadas, para que a través de los programas de gobierno se puedan cumplir los fines del Estado, y que se evidencia mediante una agenda pública (entendida ésta como un conjunto de niveles donde los actores tienen la certeza de los problemas, de la decisión tomada y de sus formas de medición).

Sostenemos que las políticas públicas de los países latinoamericanos, a partir de estas interacciones, alianzas y cooperaciones entre diversos actores, deben encaminarse al desarrollo de planes y programas en educación física, recreación, deporte y juegos indígenas en pos de la inclusión y el mejoramiento de la calidad de vida de todos los pueblos y comunidades.

ANTECEDENTES

La Carta Internacional de la Educación Física y el Deporte de 1978 y la Carta Europea reformulada en 1992 reconocieron el derecho al ser humano de acceder a la educación física y el deporte, (y la recreación se diría) y encomendaron a los poderes públicos la oferta de programas adaptados a las necesidades individuales y sociales, considerando las condiciones institucionales, culturales, socioeconómicas y climáticas de cada país, y la gestión y puesta a disposición de instalaciones para la práctica del deporte (la educación física y la recreación, se podría agregar) de la ciudadanía. En este sentido, el interés de los gobiernos por el deporte ha seguido caminos diferentes. En algunos países las políticas públicas han dado prioridad al deporte de alto rendimiento, en otros al deporte para todos, a la inclusión social, al fomento de la convivencia y cohesión social, al desarrollo del propio país o a determinadas áreas. También hay países que han planificado el deporte con una visión más integral, relacionándolo con otras políticas públicas como las sanitarias o las educativas (Brittain, 2004; De Bosscher et al., 2009; Elling et al., 2001; Girginov y Sandanski, 2008; Green and Collins, 2008; Liu, 2009; Ortegón, 2013; Puig et al., 2010).

En cuanto a la recreación, es preciso reconocer que ha estado históricamente subordinada al deporte y a la educación física, por lo que avanzar en el acceso a los derechos recreativos implica reconocer que éste es un campo con desarrollo y características propias. Lo mismo podríamos decir respecto a los juegos indígenas, que han estado históricamente invisibilizados.

En el año 1980, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoce el derecho a la recreación al expresar que después de la nutrición, salud, educación, vivienda, trabajo y seguridad social, la recreación debe considerarse como una necesidad básica, fundamental para su desarrollo.

Al respecto, la UNESCO (2015), con el apoyo de diversos organismos internacionales (Comité Olímpico Internacional, el PNUD, UNICEF, la OMS, y otros) publicó el texto Educación Física de Calidad, una guía para los responsables políticos en la que se proponen alternativas para el desarrollo de la política pública en atención a los diversos contextos y poblaciones. Se resalta la preocupación de estos organismos por un enfoque inclusivo en materia de género, discapacidad y grupos minoritarios, así como una visión de la educación física que contemple la flexibilidad curricular, alianzas comunitarias, un seguimiento y garantía de calidad, una alta formación del profesorado, y la necesidad de instalaciones, equipos y recursos necesarios. Preocupaciones que, claramente, las tenemos en el radar de nuestros diversos contextos en latinoamérica, por lo que se requiere abogar por satisfacer estas necesidades, a fin de que genere un acceso digno a estas prácticas para toda la población.

Con mayor fundamento hoy en día cuando nos encontramos en medio de una pandemia mundial que ha obligado al confinamiento y la restricción de las prácticas corporales, deportivas y recreativas, cobra vital importancia el desarrollo de políticas públicas que atiendan a la salud integral y al bienestar, y contribuyan a la convivencia, la paz y el buen vivir de nuestros pueblos.

Creemos también que en este contexto es necesario profundizar los avances en materia de derechos que se dieron en los últimos veinte años, a partir de las acciones llevadas adelante por los gobiernos populares y progresistas de la región, y de la activa participación de diversos movimientos sociales, en pos del fortalecimiento de las democracias y la integración regional.

Por todo ello, hacemos un llamado de atención a los gobiernos para que acojan las recomendaciones de los diferentes organismos internacionales, entre ellos la UNESCO, sobre la concepción de la actividad física, el deporte y la recreación como derechos humanos y sociales, propiciando así el fortalecimiento del Estado en la garantía de los mismos.

En tal sentido, nos manifestamos a favor de políticas públicas que favorezcan:

·       la participación activa de las organizaciones, movimientos sociales, universidades, comunidades, pueblos y naciones indígenas en el diseño de las políticas públicas en educación física, deportes, recreación, juegos ancestrales y prácticas corporales de los pueblos y naciones indígenas, pues más Estado y más participación social hacen a una mejor política pública;

·       el reconocimiento de las autonomías y relaciones de los campos de la educación física, el deporte y la recreación;

·       el respeto a la pluralidad y a las identidades de los pueblos, así como a la obligación de los Estados de cumplir con el artículo 169 de la OIT, a la consulta libre, previa e informada a los pueblos y naciones indígenas sobre cuáles serían las políticas públicas que los beneficien;

·       el acompañamiento y promoción del diálogo entre referentes, instituciones y comunidades implicadas en el desarrollo de la educación física, el deporte y la recreación, mediante el cumplimiento del principio de diversidad cultural, reconociendo el aporte de los diferentes pueblos indígenas latinoamericanos a la construcción y riqueza cultural de todas las naciones;

·       la contribución a los pueblos y comunidades indígenas para el fortalecimiento de la educación física, el deporte y la recreación, en el ejercicio de sus derechos culturales y en la protección de su patrimonio cultural, reconociendo y respetando los saberes y las culturas tradicionales;

·       la integración regional y la democratización de la educación física, el deporte y la recreación;

·       la formación permanente y avanzada de los profesionales de la educación física, la recreación y el deporte;

·       la consolidación de observatorios entre la academia y la ciudadanía, que identifiquen y propongan estrategias para satisfacer las necesidades humanas fundamentales a través de la educación física, la recreación y el deporte;

·       el diseño de planes nacionales y regionales, así como también de normativas que impulsen y regulen su desarrollo;

·       la creación y sostenibilidad de políticas de Estado a mediano y largo plazo, enmarcadas en objetivos estratégicos para los campos de la educación física, el deporte y la recreación.